Las palabras son un factor importante al momento de comunicarnos con el mundo y la manera de entender la vida. Acorde a como las utilicemos, nos afectará de una u otra manera, tanto emocional como intelectual. Expertos como Bernard Roth, nos dice que, solamente eliminando estas dos palabras de nuestro vocabulario, nuestras vidas empezarán a generar un cambio positivo. Somos personas que absorbemos todo tipo de información, frases y palabras ya hechas sin ser conscientes de cómo estas moldean e influencian nuestra forma de pensar y de ver la realidad. Resulta fácil de entender que, si cambias la forma de referirte a la realidad, tu vida cambiará por completo. Existe una técnica, llamada PNL (Programación Neurolingüística) que facilita el conocimiento de nosotros mismos para poder cambiar nuestra capacidad de comunicación.
“Nada podrá medir el poder que oculta una palabra”. Alex Grijelmo.

Según Roth, existen varias estrategias lingüísticas que conducen al éxito o al fracaso. A continuación, te enseñamos las 2 más relevantes.
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Deja el pero de lado y verás cómo tu vida cambiará
La palabra pero es una palabra muy poderosa, negativamente hablando ya que es una conjunción adversativa. Esto significa que sirve para oponer dos ideas, ya sea para afirmarlas o bien para ampliarlas y confrontarlas. Si hablamos desde el punto de vista psicológico, esta palabra es usada reiteradamente para justificar, excusarse, posponer o impedir una acción. ¿Cuántas veces no has utilizado la frase “Sí, pero”? Esta frase, especialmente revela en nosotros una intención de autosabotearnos. Es exactamente igual a lo decimos comúnmente “ponerle peros a las cosas”. Se están creando obstáculos innecesarios y falsos para pasar directamente a la acción. Proponte eliminar de tu vocabulario habitual la palabra pero. Verás cómo tu vida cambiará si renuncias a ella, obligándote a cambiar de perspectiva al usarla. La gran apuesta es sustituir al pero con la conjunción y. Así en lugar de decir, por ejemplo, “Quiero ir al agoradesign.it gimnasio, pero no tengo el dinero suficiente para pagarlo” diría, “Quiero ir al gimnasio y necesito formas para poder pagarlo”.
Es momento de preguntarse, ¿mi vida realmente cambiará si modifico la forma vaginosisbacteriana.org en la que digo las cosas? Al utilizar la palabra pero te pones ante dos rumbos los cuales son excluyente, o tomas un camino o tomas el otro pero no los dos. Ahora, si la cambias por la conjunción y, empiezas a ver ambas realidades a la vez. No hay obligación de elegir alguna. Presenciamos el panorama de una forma en la que elegir alguna sí o sí por obligación no es una opción, sino que te invita a ver las cosas de manera más objetiva y a no sentirte en un dilema.
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El daño del tengo
La segunda gran estrategia que debemos erradicar completamente es la expresión “tengo que hacer” por “quiero hacer”. Cuando expresas “tengo que hacer”, instantáneamente te posicionas en el campo de la obligación. De entrada, esta acción ya se vuelve desmotivante. Le estás diciendo a tu cerebro que deseas una cosa, pero debes hacer otra antes en contra de tu voluntad. Emplear el tengo te causa una colisión emocional. Haciendo este simple cambio podrás ver reflejado en ti una mejor versión una versión renovada que darás a conocer al mundo.
Bernard Roth apunta que, si haces algo, no es realmente porque estés en la obligación de hacerlo, De cierto modo has tomado la decisión de hacerlo. De manera que, renunciar a “tengo que hacer” por “quiero hacer”, estás aceptando tu responsabilidad en conjunto con la vida que llevas. Los ejemplos a continuación te ayudarán a entender mejor:
- “Tengo que terminar este trabajo lo antes posible porque si no podría perder mi empleo” por “Quiero hacer mi trabajo lo antes posible para poder mantener mi empleo”
- “Tengo que ser paciente con mi novia porque si no se va a aburrir de mí y podría dejarme por “Quiero ser paciente con mi novia porque podemos enriquecer nuestra relación y ser mejores.
- “Tengo que ir al gimnasio porque estoy engordando mucho y me puedo enfermar” por “Quiero ir al gimnasio para así mantenerme en forma y estar saludable”

Cambiando el tengo por el quiero, nuestro cerebro cambia automáticamente la perspectiva negativa por la positiva, eliminando una gran carga emocional. Tan solo cambiando estas palabras de tu vocabulario, observarás un cambio radical en tu vida. Empieza a aplicarlo en tu día a día durante un mes y evalúa los resultados positivos.
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